No tenemos seguridad de que sea la principal preocupación, pero seguramente la inquietud de cómo hacer para tener siempre una ducha al final del día, integra el podio de asuntos que deben atender quienes viajamos en bicicleta.
Hemos conocido personas que le restan importancia, asumiendo que es parte de este tipo de viajes, extender la cantidad de horas e incluso días, entre una ducha y la siguiente.
Las dificultades no son pocas, es cierto que en la ruta la infraestructura para la higiene no siempre está, por lo que hay que implementar estrategias específicas para ducharse como esta que implementamos nosotros, que además de dar un buen resultado es sencilla y barata.
La técnica consiste en encontrar una fuente de agua sobre el final del día (para no cargarla tanto tiempo), contar con un recipiente que la contenga y por último, encontrar el lugar indicado para ducharse al aire libre.
Con 6 litros de agua, que son los que carga una botella de las que se venden (pero se pueden conseguir gratis) nos duchamos los dos, utilizando la tapa que se ve en las fotos, para dosificar la cantidad y optimizarla.
Esta tapa es compatible con todos los envases de este tamaño y cuando es necesario descartar la botella, podemos conservar la tapa en un bolsillo del equipaje y reutilizarla varias veces. Para administrar el agua hay que colocar la botella en un lugar que genere una caída deseada o alternar agua con enjabonada. En nuestro caso, al ser dos nos ayudamos mutuamente aunque hay formas de hacerlo sin ayuda.
En las últimas semanas hemos incorporado al equipaje una bolsa de hidratación que cumple la misma función que las botellas de 6 litros pero tiene algo muy positivo y es que se puede doblar y ocupa muy poco espacio cuando no está llena. Más adelante vamos a compartir la experiencia de trasladar agua de esta manera y también ducharse en ruta.
En ocasiones que alguien ofrece su baño y podemos ducharnos con agua caliente, no hay dudas de que se valora tanto el recurso natural como la hospitalidad de las personas.
Para templar agua en la ruta, si la ducha viene silvestre, la cocina u hornillo puede ser muy útil. Calentando lo que entre en nuestra olla más grande de agua, completamos el envase/ducha con agua a temperatura ambiente y la experiencia será mucho más agradable.
El momento del día más adecuado para la ducha en la ruta, depende del clima. Cuando hace frío lo mejor es terminar el día temprano para contar antes de que baje el sol, con un lugar donde ducharse y acampar.
También es importante no dejar enfriar el cuerpo después de parar de pedalear ya que los efectos desagradables del frío vendrán con fuerza.
Una de las cosas que hemos comprobado que da resultado como forma de ahorrar dinero durante nuestros primeros viajes cortos y que estamos poniendo en práctica es NO comprar agua. Es uno de los factores que encarece enormemente el viaje, además de que pedir agua siempre es una oportunidad de conocer gente e intercambiar con las personas.
También hemos comprobado que podemos ducharnos en la ruta y que hace muy bien para terminar el día de pedaleo si en ese momento no nos hospedamos con alguien que comparta las comodidades de su hogar.
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Joaquin (miércoles, 08 agosto 2018 16:54)
Espectacular
Muy agradable leerlos.